lunes, 14 de septiembre de 2015

Fin del viaje

Salí del hostel de Isfahan, y a los 5km un chico me dice que vaya a su casa a desayunar, como no había desayunado mucho acepté :) Luego cogí una "autovía" por 30 km para salir de Isfahan, hasta coger la carretera secundaria que me llevaría hasta Kashan. Era una carretera despoblada, poco tráfico y casi sin pueblos. Antes de llegar a Targ estaba fundido por culpa del aire en contra cuando vi un oasis con forma de camioneta vendiendo melones en la carretera. No hizo falta que dijera nada, cuando paré el hombre me cortó una cuantas rajas de melón, me las comí como si no hubiera un mañana. Cuando llegué a Targ pregunté por un parque para dormir, como no había el hombre me dijo que podía dormir en su casa. Al día siguiente fui hasta Natanz, donde paré a comer algo, pues después me esperaban más de 70 km hasta Kashan sin ningún sitio donde poder parar. En una de las veces que paré a mear llegó la policía. Me pidieron pasaporte, me grabaron en vídeo y también revisaron las fotos. Antes de dejarme marchar me dijeron claramente: Do not stop and do not take pictures. Cuando llegue Kashan, me explicaron que era una zona nuclear y por eso que la policía me parara. En Kashan pasé dos noches con una familia encantadora. El segundo día nos levantamos a las 5 de la mañana para ir al desierto a ver el amanecer y desayunar. Después estuvimos caminando por las dunas. Estando en Kashan recibí un mensaje de Damian diciéndome que le habían denegado la visa de Turkmenistán y que iba hacia QOM, por donde yo tenía que pasar para ir a Tehran, así que quedamos allí para echar una tarde y acampar juntos. El día antes de llegar a Teheran acampé en mitad de la nada, cogí un camino y me alejé 2 km de la carretera. Iba a ser la última acampada del viaje, y tenía que ser a solas, en soledad. Disfruté cocinando y viendo la puesta del sol, como llevo haciendo todo el viaje. Digamos que cuando viajas en bici simplificas tu vida a sólo tener que preocuparte en comer y dormir.
La entrada a Teheran fue más tranquila de lo que pensaba. Me dió pena llegar, pues ahí acababa el viaje.

Os dejo unos datos
158 días 
8152 km 
124,31 km el día que más km hice
7 horas con 17 minutos el día que más tiempo pasé en la bici
68,18 velocidad máxima
21,57 km/h media mas alta en un dia
8,23 km/h media mas baja en un dia 
22% la rampa con más desnivel
1628 metros acumulados el día que más
Un pinchazo
Un radio roto

Un saludo y gracias a los que habeis ido leyendo y comentando, espero poder contar más viajes ^^










viernes, 28 de agosto de 2015

Día 145

En Hamadan pasé dos días descanso, pues el aire me había dejado machacado. De Hamadan me dirigí a Malayer donde pasé la noche en un parque. Un hombre me dió su dirección para cuando pasara por su ciudad lo llamara y me quedara en su casa. Así lo hice cuando llegué a Golpayegan. Me vino a recoger y luego estuvo todo el día pendiente de que no me faltara de nada. De Golpayegan a Damaneh la carretera subía suavemente, hasta alcanzar casi los 2800 metros, algo que no me esperaba. Luego hasta Isfahan bajada larga y suave, del 1℅, pero que gracias al aire costó trabajo. En Isfahan pasé tres días recorriendo mezquitas, a cuál más bonita, y cada dos por tres aparecía en la plaza de Naghsh-e-Jahan. Sin duda la plaza más bonita que he visto en mi vida. Es una preciosidad. Cambié la bici por un autobús y fui a ver Yazd, muy bonita también. La parte vieja de la ciudad con sus paredes de adobe, también tiene la mezquita con los minaretes más altos del mundo, 48 metros si no recuerdo mal. Y la puesta de sol desde las torres del silencio fue espectacular. También amplié la visa 15 días más. De Yazd fui a Shiraz, donde estuve tres días visitando más mezquitas, las más bonitas que he visto por dentro. A veces me daban ganas de rezar sólo para permanecer más tiempo dentro. En Shiraz contraté un tour para visitar Persépolis, Necrópolis y Pasargard y poder entenrarme de cosas que sí vas por tu cuenta no te enteras. El tour incluía una comida tradicional en una casa tradicional iraní, ahí me di cuenta de lo mucho que he aprendido de la cultura iraní viajando en bici y de lo poco que se entera un turista que va de ciudad en ciudad, de monumento en monumento echando fotos para subirlas a facebook. Era una comida simple, de los más típico que encuentras en Irán, y no lo sabían, ni si quiera sabían como bebé la gente el té a aquí. En Shiraz también conocí a un chico de Singapur, que casualidades de la vida conocía a un chico con Danés con el que estuve en el Rainbow Gathering. El viaja andando la mayor parte del tiempo, y en coche cuando alguien le ofrece llevarlo, nunca lo pide, sólo acepta el viaje si se lo ofrecen. Con el tuve una de las charlas más interesantes que jamás he tenido. Al día siguiente conocí a en el mismo hostel a una pareja de Nueva Zelanda. Con sus 60 años van viajando en bici desde U.K hasta Singapur. Son de esas personas que cuando hablan, sólo puedes hacer más que escuchar y disfrutar de la sabiduría que da toda una vida de viajes en bicicleta.
 De Shiraz he vuelto a Isfahan, donde me he reencontrado con mi bici y donde mañana, juntos de nuevo partiremos hacia Teheran, por una carretera pegada al desierto, para poner punto y final a este viaje.
Saludos a todos y lo siento, pero no puedo subir fotos.










martes, 11 de agosto de 2015

Dia 129

La salida de Tabriz fue un poco liosa, es una ciudad grande, el doble que Madrid. Sigo recibiendo el cariño del pueblo iraní allá por donde la bici me lleva. En Ali Khalaj pregunté por un parque para dormir, unos chicos me llevaron. Luego me dijeron que iban a tomar un Çay, y como me he vuelto adicto, soy incapaz de decir que no, así que les acompañé. Luego uno de ellos me dijo que sería un honor para él que fuera su invitado, así que me invitó a su casa. Fue agradable y tuvimos charlas interesantes junto con su tío, que vino a saludar al invitado, también me escribió una carta diciendo lo feliz que estaba de haber estado charlando y cenando conmigo. Así son ellos, les hace feliz tener un extranjero como invitado, en vez de ver un euro con patas del que ganar dos duros ven una persona con la que intercambiar visiones, ideas y culturas. Al día siguiente me dirigí a Miyaneh, un chico que solía hospedar a ciclistas me dijo que ya no podía, que la policía le había llamado la atención. Aquí, en Irán, está prohibido invitar a turistas a sus casas. Pero me dijo que a 15 km había un puesto de Red Crescent (cruz roja) y allí me hospedarían. Para allá que me fui y si, me hospedarían, pero tenía que dejarles el pasaporte.. Se me activó el sentido arácnido, así que les pedí que me llenaran las botellas de agua y me fui. Acampé á escasos 100 metros de ahí. Al día siguiente antes de llegar a Zanjan un hombre me hizo parar para indicarme donde estaba su casa, me invitó a comer. Me enseñó fotos de todos los cicloturistas que ha ido invitando a su casa. En Zanjan iba a dormir en un parque, pero uno de los vigilantes me vió y me dijo que no, que yo tenía que dormir en la casa que tienen al lado del parque, les dije que no, que no quería moverme, pero no hubo manera, al final tuve que aceptar. Al día siguiente me di cuenta de que no me quedaba mucho dinero, y era viernes. Aquí los viernes es fiesta, digamos que es como en España los domingos. Llamé a un contacto que tenía en Zanjan y rápido vino a ayudarme. Su tío me cambió dinero, a un precio más que razonable, luego me invitó a desayunar, a comer, a fumar una cachimba con sus amigos y luego me proporcionó un sitio donde dormir. En Soltaniyeh paré a ver un Mausoleum, como había que pagar no pasé a verlo por dentro. Luego cogí una carretera hacia el sur, pues quería ver unas cuevas. Un día antes, unos de Red Crescent me pararon para invitarme a un Çay, después me dijeron que podía dormir con ellos. Esta vez no dijeron nada del pasaporte. Ducha y luego estuvimos jugando al ping pong. Al día siguiente llegué a las cuevas de Ali Sadr, una pasada. Los 25 dólares que tiene que pagar el extranjero (los iraníes pagan menos de la mitad) incluían dos vueltas en barca por el interior y un guía durante unos cientos de metros. Lo del guía era porque no querían que fuera sólo, no fuera a ser que me pasara algo!! Pero me vino de lujo ya que me explicó varias cosas. Y ayer llegué a Hamedan, donde Kami me da alojamiento para descansar mis maltrechas piernas. En Irán hace muchísimo aire, y casi siempre de cara. A veces, incluso, tengo que poner plato pequeño y piñón grande para poder rodar a unos 7km/h. De aquí me dirigiré hacia Isfahan, donde tengo pensado dejar la bicicleta para ir a visitar otras ciudades como Yazd y Shiraz. Irán es enorme, y hay muchas cosas interesantes que ver y la visa no alcanza para tanto.
Saludos a todos.

















lunes, 3 de agosto de 2015

Día 120

El último puerto en Armenia lo dividí en dos cómodas etapas. Ascendí hasta Kajaran, 1700 metros. Ayi pasé la noche en huerto que una mujer me proporcionó. Al día siguiente temprano rematé el puerto. Después una larga bajada hasta Meghri, de unos 35 km. Allí me encontré con una pareja de franceses que se  dirigen hacia Filipinas. No les concedieron la Visa de Turkmenistán, así que tuvieron que volver de Iran a Armenia y en Erevan cogerán un vuelo a Kirguistán. Estuvimos hablando y comiendo mucho rato, se me hizo tarde para cruzar la frontera, así que acampé cerca de Meghri. No quería gastar un día de Visa en Irán para hacer 20 km. Por la mañana cruzé la frontera sin problema y me dirigí hacia Jolfa. Antes de llegar a Jolfa me cruzé con una chica iraní que viaja en bicicleta, me facilitó un contacto en Marand. En Jolfa paré y me dirigí a un  parque para pasar la noche, aquí es normal que la gente pasa las noches en los parques, la gente pone sus tiendas de campaña y duerme. Yo iba hacer lo mismo, pero un grupo me invitó a acompañarles a cenar y luego me dijeron que podía dormir con ellos en sus casa. Al día siguiente fui a Marand, 4 km antes me pararon para invitarme a un Çay, me dijeron que sí iba a la casa de Naghdi, les dije que si, así que lo llamaron y vino a buscarme. Me llevó hasta su tienda, y empezó a venir gente a saludarme y hablar conmigo. Un amigo suyo me invitó a sus jardín, estuvimos cenando y bebiendo alcohol. Aquí  está prohibido, así que lo traen de contrabando. Desde Marand vine a Tabriz, llegué ayer. Estaba buscando un camping que hay gratis para turistas cuando me encontré con Saeid, me dijo que sí necesitaba ayuda, le pedí que sí me podía llevar a una tienda de bici, que tenía que cambiar la cadena, me llevó y me la pagó. Después me dijo que podía quedarme en su casa. Hoy hemos ido a ver Kandovan y el bazar de Tabriz. Una pasada. En tres días uno cae rendido ante el pueblo iraní y su hospitalidad. Es demasiado. A veces paran el coche á mi lado solo pará saludar y decirme bienvenido a Iran y ofrecerme fruta o caramelos. Tenemos una visión bastante equivocada de ellos en España, gracias a las noticias que sólo enseñan lo malo y no lo bueno, que es bastante. Me preguntan que pensamos de ellos en España, y cuando se lo digo me siento mal viendo las caras que ponen, no se lo merecen, me disculpo cada vez que se lo digo. Y también les prometo que cada vez que salga el tema y algún ignorante, de esos que saben demasiado, hablé de el pueblo Iraní le explicaré como son en realidad y no como la televisión los pinta. Seguid viendo las noticias, y no descubriréis el mundo tan bonito que tenemos por "miedo"  os pase algo.
Saludos a todos
Hay problemas con el WiFi y no puedo subir más fotos






martes, 28 de julio de 2015

Día 114

Finalmente conseguí el visado de Irán. Salí de Tbilisi con dos polacos que me encontré en la embajada iraní. Pasé tres día con ellos. Uno de ellos tenía problemas de salud y tenía que ir al médico, así que me despedí de ellos. Me dirigí al lago Sevan donde me bañé y acampé. Disfruté de un bonito atardecer. Al día siguiente me esperaba uno de los 3 puertos de más de 2000 metros que tengo que cruzar antes de llegar a Irán. Fue. Bastante asequible. En la cima me encontré un caravansar. Antiguamente era sitio de descanso para los viajeros que hacían la ruta de la seda. Después uná larga bajada de 30 km. Al día siguiente otro puerto, este complicado por el viento, que no me lo puso fácil. Acampé cerca de la cima a 2000 metros, hizo un aire terrible a la noche. Hoy he tenido mi primer almuerzo con un iraní, çay pan con huevo y tomate, estaba delicioso. Estoy en Goris y me dirijo a Kapan, después me queda el último y más duro de los puertos antes de llegar a Irán.
Saludos a todos.







lunes, 13 de julio de 2015

Día 99

Antes de llegar a Tbilisi me enteré del Middle east Rainbow Gathering. Cuando llegué a Tbilisi no había señales de mi número de referencia, así que para hacer tiempo me fui al Rainbow Gathering, en Armenia. Me despedí de Dario y volví a rodar sólo. Hubo un grupo de mujeres que me hizo parar para invitarme a Té, era la primera vez en Georgia que no me ofrecían alcohol, desde Turquía nunca le digo que no a un Té, así que gustosamente acepté, de paso me llenaron la alforja de tomates y pepinos, y la tripa de sandia!!!! Eran de Azerbaijan. Me despedí y seguí rumbo hacia la frontera, 10 km antes vi a dos personas con mochilas grandes, caminando por la carretera, pensé que eran los típicos que van viajando en autoestop, pero no. Un pareja, el francés y ella rumana, llevan andando desde Francia y van hacia China. Llevan un año y les queda otro. Pasé la noche con ellos y por la mañana nos despedimos. Cruzé la frontera temprano y me dirigí hacia Ijevan. Fue un día bastante exigente, hacia mucho calor y tuve que subir dos puertos largos, al final del día acumulé casi 1800 metros subidos, para mi es demasiado. Llegué reventado a Ijevan, supongo que el hombre que  me llamó para invitarme a un café lo notó. Donde vas a dormir??? No se, a las afueras del pueblo. No no, quedate aquí y duermes en la cafetería. Al día siguiente me dirigí a Kalavan, que era el pueblo más cercano al Rainbow. El encuentro era en lo  alto de una colina, tuve que empujar la bicicleta más de una hora para poder llegar. Antes de llegar me cruzé con dos que iban a comprar al pueblo.  Se te ve cansado, me dijeron, si quieres deja la bicleta aquí y cuando subamos la empujamos nosotros. Muchas gracias, pero debo de hacerlo yo. 30 metros después había un cartel Welcome Home. Estuve cuatro días. Pensaba que estarían fumando porros y bebiendo todo el día, pero no estaba permitido. Tranquilidad absoluta. Me levantaba temprano, sobre las 7, desayunaba y me ponía a leer. Sobre las 9 se despertaban mis vecinos así que desayunaba otra vez y bebía te con ellos. Sobre las 12 bajaba a la "cocina" para ayudar. Se comía y cenaba todos juntos. Alrededor del fuego. Primero se cantaban unas canciones todos juntos de la mano, en corro. Después los voluntarios servían la comida al resto. Por la tarde había una especia de taller, donde podías compartir tus habilidades o conocimientos con el resto. El día de luna llena era el gran día. Se hizo una hoguera enorme. Por la noche con el fuego de la hoguera y la música del violín, clarinete, guitarra y tambores la gente bailaba. Nunca vi fuego más bonito que ese, en lo alto de una montaña con la luna llena de fondo, y tampoco he visto bailes más bellos de los que vi ahí. Dejé a los hippies y me fui a Vanadzor, creyendo que ya tendría el número de referencia, pero no. Camino de Vanadzor vi una señal que hacia referencia a la ruta de la seda. Estuve dos días en Vanadzor, con Ania, al tercero fui a Alaverdi, donde estuve cuatro días con la compañía de Anna y Maria. Bonito entorno el de este pueblo que esta metido en un cañón. De Alaverdi he vuelto a Geoegia. Curioso que nada más cruzar la frontera me volvieron a ofrecer alcohol, ni si quiera paré. Pedí a un hombre si podía plantar la tienda de campaña en su parcela, me dijo que tenía que dormir dentro, en su casa, que si no Alá le castigaría. Ahora ando otra vez en Tbilisi donde sigo sin tener el maldito número, lo cuál me hace pensar en buscar otra alternativa o vovler a casa.
Saludos!!!








viernes, 26 de junio de 2015

Día 82

En Trabzon fui a la embajada de Irán para pedir el visado. Ahora hace falta un número de referencia que yo no tenía, ni sabía de él, lo poden desde hace poco. Apliqué por el número y pedí que lo lo mandaran a Tbilisi. Salí de Trabzon y seguí pegado al Mar Negro. Los últimos cuarenta km del primer día lloviendo. Estaba empapado y unos pescadores me hicieron hueco en una cabaña al lado de la estufa. Al siguiente día salí de Turquía y entre en Georgia. Lo primero que vi un cartel publicitario de un casino. Me dieron ganas de darme la vuelta y vovler a Turquía. Ese día dormí en Batumi. Al siguiente día fue mi cumpleaños, tenía pensado quedarme en un hostel e ir a comer a un restaurante, pero me dije, que mejor regalo que montar el la bici y conocer Georgia??? Así que preparé todo y me dirigí hacia el norte. Ese día pedí a una familia si podía plantar la tienda de campaña en su jardín, no hubo problema, me dieron de cenar y brindamos con Vodka. No les dije que era mi cumpleaños, pero lo celebramos como si lo supieran. Al día siguiente seguí subiendo hacia el norte, y empezaron a aparecer cañones, ríos y montañas. Al día siguiente fue uno de los más bonitos hasta hoy, rodeado de montañas por todos los lados, en cada curva aparecía otra diferente que me hacia parar para hacer una nueva foto. No sabía a cual de todas mirar. Al siguiente día después de dejar Mestia atrás y subir un puerto la carretera se convirtió en camino, lo cual le dió más encanto al entorno, pero más exigente para mis piernas. En el último pueblo antes de llegar a Ushguli pare a comer y llegaron unos israelíes. Me invitaron a cerveza y comida. También me dijeron que venía otro ciclista detrás así que me quedé esperándole. Juntos llegamos a Usghuli y cuando entramos al pueblo y miramos a la izquierda allí estaba ella, una montaña de 5000 metros, imponente, no quedó otro remedio que acampar en frente de ella. También es la primera vez que acampó a 2000 metros de altura. Por la mañana hacia buen tiempo para subir el puerto y cruzar al altro lado del valle, 2600 metros hasta coronar por un camino de piedras que a veces nos hacia empujar la bici. Cuando coronamos paramos a comer y a disfrutar de las vistas hasta que empezó a llover. La bajada fue más complicada que la subida. Lloviendo y por camino, a veces teníamos que bajarnos de la bici y rodear el camino porque había nieve helada. El puerto está cerrado para coches así que era sólo para nosotros. En Mele acampamos. Al día siguiente en Lentekhi volvimos a encontrar carretera. Ya lejos de las montañas y zonas turísticas nos hemos encontrado con la Georgia hospitalaria. No había día que no viniera alguien a invitarnos a beber vino o cerveza. A veces con 20 km dabamos el dia por terminado de la chispa que llevabamos. Un día al empezar el día nos llamaron unos campesinos y paramos. Estuvimos almorzando con ellos. Nos dijeron que nos quedáramos, que podíamos dormir en su casa. Les ayudamos a labrar la tierra y luego fuimos a su casa. Todo el vecindario vino a conocernos. La cena en abundancia, mucha comida y mucho más vino. En Georgia cada vez que llenan el vaso hacen un brindis. Hicimos demasiados brindis, y después de cenar fuimos al cementerio, a brindar en las tumbas de sus padres. Uno por uno, se llena el vaso, se dicen unas palabras, se derrama un poco en la tumba, se bebe el resto de un trago y las últimas gotas en la tumba otra vez. Al acabar se deja el vaso en la tumba. Al día siguiente con mucha resaca dimos las gracias por todo el trató recibido y sobre todo por compartir esa tradición con nosotros. Los siguientes días cuando no teníamos ganas de beber no parábamos cuando nos llamaban. Porque si paras tienes que beber si o si, no te dejan que digas que no. Otro día acampamos junto a un río. Al día siguiente por la mañana después de desayunar, sobre las siete y media/ocho nos vio un hombre. Pues bien, fue a su casa y vino con tres litros de cerveza, y hasta que no nos los bebimos no nos dejó irnos!!! Ayer llegué a Tbilisi y sin señales de mi número de referencia, así que estoy un poco atascado aquí a la espera de que me digan algo.
Saludos a todos!!